La policía desaloja de forma pacífica la Sala Yago de Santiago
Un grupo de 25 agentes accedieron al interior y dieron un plazo a los ocupantes para que abandonaran el encierro. Un grupo de jóvenes protesta por el desalojo frente al inmueble
Seis días después de que un grupo de okupas se instalara en la Sala Yago, la Policía les ha desalojado a las 10.35 horas. El desalojo se ha producido de forma pacífica, sin ningún tipo de incidente.
A primera hora de esta mañana cerca de 25 agentes accedieron al interior del histórico edificio de la rúa do Vilar de Santiago y comunicaron a los ocupantes que tenían que abandonar el encierro. Pocas horas después, el grupo de personas -en torno a 10- que se instaló en la sala el pasado miércoles salieron del edificio -portando sus enseres y sacos de dormir- acompañados de sus perros. En ningún momento mostraron resistencia a los agentes. A continuación se les trasladó a la sede de la comisaría para proceder a su identificación. Los agentes procedieron también a retirar las pancartas que colgaban de la fachada del edificio desde la semana pasada.
Hasta que no se produjo el desalojo, la calle permaneció cortada al tráfico de peatones. Los vecinos tan solo podían caminar por los soportales de ambos lados de la vía. Un cerrajero selló tras su salida la puerta de la Sala Yago.
Protesta tras el desalojo
Tras el desalojo, un grupo de jóvenes se concentró frente al antiguo cine y teatro, para protestar por la acción de la policía. Uno de ellos ha señalado que se trata de un desalojo «ilegal» puesto que en su opinión no hubo orden de desalojo y quienes se encontraban dentro no han sido detenidos. «Se limitaron a echarnos fuera», apuntó. Fuentes de la policía y del juzgado confirmaron, sin embargo, que sí existía orden de desalojo.
Otro, que no se ha identificado, ha asegurado a Efe que este colectivo va a «desalojar» el Ayuntamiento, «que tiene más imputados que nosotros», señaló en referencia a la situación de numerosos miembros del consistorio compostelano en la operación Pokemon. Reclamó, al igual que el resto de jóvenes concentrados, la libre absolución para los imputados por un encierro similar ocurrido en noviembre de 2011, en que fueron detenidos varios de los ocupantes de la sala, e indicó que a algunos de ellos les piden penas de cuatro años.
Varios agentes vigilan esta concentración secundada por una veintena de jóvenes.
Seis días de encierro
A pesar de que el grupo de ocupantes aspiraba a poder permanecer dentro del local durante una semana, el desalojo se ha producido al sexto día. Fue durante la madrugada del miércoles cuando cerca de 10 personas volvieron a tomar este inmueble, que ya había sido escenario, durante noviembre del 2011, de otra controvertida ocupación que había concluido con una mayor tensión.
Desde el primer momento los nuevos ocupantes acondicionaron el abandonado recinto -debido a la falta de mantenimiento, tiene goteras que están deteriorando el suelo del gallinero, donde los okupas colocaron tablas para proteger el espacio- e iniciaron una intensa programación cultural que se inició el pasado jueves con una asamblea abierta a la ciudadanía sobre la propia ocupación. Los ocupantes reclamaban la reapertura y rehabilitación de la Sala Yago como «Espacio cultural liberado» y buscaban hacer una llamada a la ciudadanía ante los casos de «corrupción y mala gestión» del consistorio compostelano.
Talleres infantiles, sesiones de cabaré o mesas redondas fueron otras de las iniciativas que acometieron los «inquilinos» durante los últimos días. Entre las iniciativas que no pudieron llevar a cabo fue la ceder el espacio a los colectivos sociales que actualmente tienen en marcha protestas por diferentes motivos en la ciudad (preferentistas, jóvenes encerrados en Psicología, vecinos de Galeras...) para que realizasen allí asambleas.
Distintas reacciones políticas
Un día después de que el inmueble fuese allanado, el alcalde de Santiago, Ángel Currás, criticó su «ilícita» ocupación y recordó que el incidente ya se le había comunicado al propietario del inmueble para que adoptase las medidas oportunas. Currás hizo hincapié en los numerosos, pero infructuosos, intentos que ha llevado adelante el consistorio para recuperar la Salta Yago para un uso cultural. Ante la falta de consenso, y ante la necesidad de tener otro espacio, se llegó a un acuerdo de cesión con Novagaliciabanco para el edificio de la calle Preguntoiro.
Es precisamente este recordatorio lo que ha provocado diversas reacciones políticas. Así, por ejemplo, el edil del BNG, Rafael Villar, lamentó el fracaso del regidor en su compromiso de recuperación de este espacio emblemático «en situación de abandono» y formuló una pregunta para conocer las gestiones realizadas sin éxito para dotarlo de actividad. Por su parte, Anova pidió que el inmueble sea expropiado como bien de utilidad pública y social.
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